La revista Playboy recientemente anunció que ya no venderá desnudos en sus páginas y, mientras que han habido muchas quejas por parte de los adultos, son los más jóvenes los más preocupantes. Después de todo los adultos seguirán buscando su porno a través de internet, pero según los expertos, los niños y chavos serán los más perjudicados.
El sexo es como nadar; empiezas por sentir las aguas e ir aprendiendo… y para eso existía la revista Playboy, un pequeño inicio para que los niños empezarán a conocer su sexualidad. Ahora ya no tendrán esa oportunidad; en lugar de aprender a nadar, se verán bombardeados con lo que encuentren en Internet, sin ningún filtro o misterio.
A principios de este año, en Dinamarca, un profesor de sexología, causó una gran conmoción en los medios ya que propuso que en las escuelas se enseñara con pornografía. El profesor indicó que “la mayoría de los adolescentes ya han sido expuestos o han buscado por su cuenta la pornografía, así que no sería introducirlos al porno, sino enseñarles a utilizarlo y aprender de él de forma constructiva”
Además comentó que “deberíamos fortalecer la habilidad de distinguir las descripciones del cuerpo humano y el sexo según los medios, con la realidad para formar consumidores conscientes y críticos”
La mayoría creemos que, una vez que los pequeños vean un poco de porno, querrán copiarlo y llevarlo a cabo, pero a diferencia de lo que se cree, el porno no causa sólo placer, también provoca ansiedad. Estos niños están convencidos de que lo que ven, es lo que se espera de ellos, y muchos temen no cumplir con las expectativas.
En cambio, los adultos también pueden salir beneficiados del porno; de hecho, por muchos años ha sido la herramienta perfecta para lidiar con un libido más alto de lo normal o incluso para ofrecer variedad en las actividades de la alcoba.
Desafortunadamente, varios estudios han comprobado que el porno se vuelve perjudicial cuando se mantiene en secreto, ya que resalta sentimientos de vergüenza.
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